Se trata de indígenas vestidos con taparrabos y unos cuantos accesorios, que aún utilizan lanzas y flechas para cazar, y que viven sin ningún tipo de comodidad en las profundidades de Madre de Dios. Es una tribu de más de 600 años, que nunca ha tenido contacto con la "civilización" ni mucho menos con el gobierno peruano.
Por alguna razón la tribu, que hasta el momento ha vivido en aislamiento, recientemente ha comenzado a aparecer mostrando interés por las olas de cocina metálicas y los machetes, según dicen los especialistas.
Una tribu absolutamente única, escondida en el corazón del Amazonas, que cuenta con unos 1000 integrantes y que podría, algún día, mezclarse con el resto del mundo.
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